domingo, 5 de octubre de 2008

TAROT por Juan Eduardo Cirlot

La psicología actual reconoce que las cartas del Tarot son, como lo han probado Eliphas Lévi, Marc Haven y Oswald Wirth, una imagen del camino de la iniciación y similares a los sueños (56). De otro lado, Jung coincide con las seculares intuiciones del Tarot al reconocer dos batallas diversas, pero complementarías en la vida del hombre:
a) contra los demás (vía solar), por la situación y la profesión;
b) contra sí mismo (vía lunar), en el proceso de individuación.
Estas dos vías corresponden a la reflexión y a la intuición, a la razón práctica y a la razón pura. El temperamento lunar crea primero, luego estudia y comprueba lo que ya sabía; el solar, estudia primero y luego produce. Corresponden estas vías también, hasta cierto punto, a los conceptos de introversión (lunar) y extraversión (solar); a con­templación y acción (34).
El juego completo de los naipes, que se designa con el nombre de Taraceo, se compone de 22 arcanos mayores cuyas imágenes son sintéticas y dotadas de un sentido completo hasta cierto punto, y de los 56 arcanos menores, integrando 14 figuras de cuatro series: oros (círcu­los, discos, ruedas); bastos (mazas, cetros); espadas y copas. El oro simbo­liza las fuerzas materiales. El basto, el poder de mando. La copa simboliza el sacrificio. La espada, el discernimiento y aplicación de la justicia.
Las 22 láminas mayores corresponden a las letras del alfabeto hebreo. En cada color de los arcanos menores se encuentran el Rey, la Dama (Reina), el Ca­ballero (Caballo) y el Valet (Sota) (48). Se han asimilado las series a los poderes que dominan en la tierra y, consecuentemente, a las profesiones diri­gentes o superiores: gobierno (basto); ejército (espada); sacerdocio (copa); intelecto (oro), pues los tesoros en todas sus formas simbolizan siempre los bienes espirituales e intelectuales (54). Según Saunier, las imágenes de los arcanos mayores provienen de las pinturas simbólicas del libro egipcio de Thot Hermes, símbolo de la ciencia del universo (49). Sin embargo, Oswald Wirth, a quien seguimos principalmente para desarrollar el simbolismo del Tarot, reconoce que la arqueología no ha descubierto la menor traza de lo que pudiera ser un Tarot egipcio, árabe o incluso alquímico grecoárabe. Sin embargo, señala que la Cabala hubo de ser familiar a los autores del Tarot, por la fijación de 22 arcanos mayores, es decir, en número igual a las letras del alfabeto hebreo, cargadas de simbolismo, y a los théraphim. jeroglíficos utilizados por los hebreos para la adivinación. Cree Wirth que Italia es la pa­tria de estas imágenes alegóricas, a causa de que no se le puede negar la prioridad-en los naipes. La primera representación de los arcanos mayores data de 1392. Según Eliphas Lévi, «el Tarot es una obra monumental y singular, sencilla y fuerte como la arquitectura de las pirámides, en conse­cuencia durable como ellas; libro que resume todas las ciencias y cuyas combinaciones infinitas pueden resolver todos los problemas; libro que habla haciendo pensar; acaso la obra maestra del pensamiento humano y con certeza una de las cosas más bellas legadas por la Antigüedad». Los 22 arca­nos son los siguientes: I, El Juglar. II, La Gran Sacerdotisa. III, La Empera­triz. IV, El Emperador. V, El Gran Sacerdote. VI, El Enamorado. VII, El Carro. VIII, La Justicia. IX, El Ermitaño. X, La Rueda de la Fortuna. XI, La Fuerza. XII, El Ahorcado. XHI, La Muerte. XIV, La Templanza. XV, El Dia­blo. XVI, La Torre herida por el rayo. XVII, Las Estrellas. XVIII, La Luna. XIX, El Sol. XX, El Juicio. XXI, El Mundo. XXII o O, El Loco. Las láminas I-al IX constituyen la vía solar activa, consciente, reflexiva y autónoma. Las láminas XII a XXII, la vía lunar, pasiva, inconsciente, intuitiva y «posesa». No podemos explicar aquí las relaciones que pueden establecerse, las órdenes y significaciones que se derivan de esos enlaces, sin traspasar los límites del estricto simbolismo. Cada una de las imágenes alegóricas se analiza en su sentido particular en el lugar que le corresponde. Sin embargo, queremos trans­cribir aquí los significados más generales que Eliphas Lévi advierte en los22 arcanos:
I (El ser, el espíritu, la creación).
II (El santuario, la ley, el conoci­miento, la mujer, la madre, la iglesia).
III (El verbo, la fecundidad, la generación en los tres mundos).
IV (La puerta, la iniciación, el poder, la piedra cúbica o su base).
V (Indicación, demostración, filosofía y religión).
VI (Encadenamien­to, unión, antagonismo, equilibrio, combinación).
VII (Arma, espada, triunfo, realeza).
VIII (Balanza, atracción y repulsión, vía, promesa y amenaza).
IX (El bien, la moralidad, la sabiduría).
X (Manifestación, fecundidad, cetro paternal).
XI (La mano en el acto de tomar y mantener).
XII (Ejemplo, enseñanza, lección pública).
XIII (Dominación y fuerza, renacimiento, crea­ción y destrucción).
XIV (Estaciones, cambios de la vida siempre diferente e igual).
XV (Magia, elocuencia, comercio, misterio).
XVI (Alteraciones, sub­versiones, debilidades).
XVII (Efusiones del pensamiento, influencia moral de la idea sobre las formas, inmortalidad).
XVIII (Los elementos, el mundo visible, la luz reflejada, las formas materiales, el simbolismo).
XIX (La ca­beza, la cima, el príncipe del cielo).
XX (Lo vegetativo, la virtud generatriz de la tierra).
XXI (Lo sensitivo, el carro, el cuerpo, la vida transitoria).
XXII (El microcosmo, el resumen de todo en todo).
En estas imágenes se mezclan ideas relativas al mundo exterior y al mundo interior, a las formas y a las jerarquías del pensamiento. Con ellas se intenta crear un orden, más amplio aún que el de doce elementos constituidos por el zodíaco, formando una rueda que contiene todas las posibilidades arquetípicas de la existencia y de la evolución humanas.